Si alguna vez pusiste en duda tu capacidad de crear, te recordamos lo que establecimos en la publicación anterior: “todos nacemos creativos y, basados en nuestras experiencias pasadas, vamos creando un repertorio creativo, así como nuevas conexiones neuronales”. Con la práctica, dichas conexiones se hacen más fuertes y más rápidas, potenciando nuestra creatividad y haciendo que los elementos de ese repertorio estén cada vez más disponibles cuando los necesitamos”. ¿La buena noticia? Esto significa que podemos ejercitar nuestra creatividad, ¡como un músculo!
Saber esto, a nivel teórico, puede llegar a ser inspiracional, pero te deja con una gran duda: Si la creatividad nos ayuda a resolver problemas y es como un músculo, ejercitable, ¿cuáles son los ejercicios que necesito hacer para desarrollar ese músculo? A continuación te presentamos tres herramientas que te pueden ayudar a llevar este concepto, a la práctica:
Los 6 Sombreros para Pensar:
Se trata de un enfoque ideado por Edward de Bono para ayudar a explorar múltiples perspectivas, contribuyendo a que quienes lo aplican puedan tomar decisiones más informadas. Como su nombre lo indica, se vale de la utilización de seis sombreros para representar los distintos modos de pensamiento. Así, los diferentes colores nos invitan a ser críticos, creativos y emocionales, entre otros.
Los 5 Porqués:
Esta técnica de resolución de problemas fue acuñada por Toyota y es una excelente ayuda para identificar causas subyacentes a una realidad o problema, permitiendo su abordaje efectivo. Según queda implícito en el nombre, se debe hacer la pregunta “¿por qué?” al menos cinco veces. Más allá de encontrar culpables, el objetivo es aprovechar la sencillez y repetición de la interrogante para, respuesta a respuesta, llegar a la raíz de un problema.
SCAMPER:
Se trata de un acrónimo que representa diferentes formas de explorar la innovación y la creatividad en productos o procesos ya existentes. Su nombre significa: Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, Eliminar y Reorganizar. Como técnica, fomenta la generación de nuevas ideas al cuestionar los elementos que componen dichos productos o procesos.
Sin lugar a dudas, estas tres herramientas te ayudarán a resolver problemas, optimizar tu trabajo y desarrollar el músculo creativo, ya sea de forma individual o en equipo.
